jueves, 10 de enero de 2013

EL REY JESÚS, DE ROBERT GRAVES


Después de tanta lectura intrascendente, me voy a embarcar en una lectura cotidiana de libros más espirituales, y he comenzado con una novela histórica del autor de Yo Claudio, y autor de los más importantes estudios sobre mitología, con permiso de Pierre Grimal. Graves plantea la hipótesis de que Cristo era en realidad hijo de Antípater, uno de los príncipes de Herodes, asesinado por su propio padre. Basándose en Tácito o en Josefo, expone que Joaquín, el padre de María, estaba en la oposición política a Herodes, y sin privilegios en el sanedrín porque no tenía hijos varones, casó en secreto a su hija con Antípater, y escondieron a Jesús recasándola después con San José, que tenía 70 años y 6 hijos de otros desposorios, todos ellos hermanastros de Cristo. El nacimiento del sucesor legítimo de David, y auténtico entre los falsos mesías, se produce en una cueva en Betlehem, custodiada por pastores. Poco después, tres astrólogos de la secta de los acuerdistas, buscan a "la estrella", el niño que nacería como heredero de Herodes, cuya moneda se acuñaba con el dibujo de una estrella de seis puntas sobre una montaña. Cristo adolescente, acomplejado por su condición de bastardo, se quijotiza con las profecías de Isaías y Zacarías, y decide hacerlas efectivas en su persona, influenciado por los profetas Simón, Arquelao, y toda la secta zelota. Se casa con Magdalena, pero la repudia, para enfado de María. Cristo dice haber venido a deshacer la obra de la hembra, a acabar con  falsas religiones idólatras. La explicación que da Graves a sus milagros es siempre simbólica, lo que choca con su iniciación esotérica. Hay grandes sorpresas, como la asombrosa resurrección final, que Graves resuelve como explicación lógica y final a los hechos posteriores de los discípulos. Tenemos hechos propiamente novelescos, como que Pedro y Barrabás sean la misma persona, y un intento fallido de aplicar la lógica desacralizando a Jesús y a María, pues la lógica lleva a Graves a la creencia en Cristo como un gran poder en la tierra que puede pagar el rescate por tus pecados, que está a la puerta y puedes llamar y te abrirá. Y sigue siendo un misterio la profecía sobre Jerusalén, la ciudad siempre dividida a la que están llamadas a reunificarse las 12 tribus de Israel.

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